VALLE DEL CAUCA

12/12/2022
Sur del departamento: Cali, Candelaria, Dagua, Florida, Jamundí, La Cumbre, Palmira, Pradera, Vijes y Yumbo. Además, Buenaventura y el corregimiento del Bajo Calima.
El mapa de las guerras que desangran a Colombia: Valle del Cauca

Una defensora perteneciente a la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes relata que el pasado 17 de noviembre asesinaron a Mario Solarte, un líder campesino del Bajo Calima que trabajaba por la erradicación de cultivos ilícitos. Sus familiares y amigos esperaron en vano la llegada de las autoridades que debían hacer el levantamiento del cadáver. Cuando pasaron dos días, ellos mismos trasladaron el cuerpo. Este asesinato, cuenta la defensora, ocasionó el desplazamiento de ocho personas y sus familias, a las que supuestamente también estaban buscando los asesinos el día que mataron a Solarte.

El Bajo Calima es un corregimiento de Buenaventura ubicado en la región del río Calima, que desemboca en el río San Juan, un corredor que conecta con el sur del Chocó y que utilizan los carteles del narcotráfico para mover la droga. Las comunidades, dice la defensora, se enfrentan a un temor permanente por la presencia del ELN, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y las disidencias de las Farc. En enero de este año hubo enfrentamientos entre las AGC y el ELN que dejaron a más de 900 personas confinadas. En septiembre también se reportaron combates que pusieron a la población en medio de las balas.  

El Pacífico vallecaucano, habitado mayoritariamente por comunidades negras, ha sido epicentro de la violencia en el Valle del Cauca desde hace años. Leonard Rentería, un joven y reconocido líder de Buenaventura, atribuye esta violencia no solo al narcotráfico, sino a las conexiones de los carteles con estructuras políticas y a los intereses económicos que recaen sobre el puerto. Allí el conflicto se evidencia más por la rivalidad entre las bandas criminales locales, Los Shottas y Los Espartanos, que están en guerra desde diciembre de 2020. El gobierno Petro ha impulsado desde octubre una tregua entre estos grupos en el marco de la llamada Paz Total, y se han reducido los homicidios. Frente a esta iniciativa hay esperanza, pero también dudas. La Red Francisco Isaías Cifuentes ha recogido testimonios de comunidades que aseguran que las fronteras invisibles y el control social continúan.   

En el sur del departamento, en la frontera con el norte del Cauca, la dinámica del posconflicto pasa por la consolidación de las columnas Jaime Martínez y Dagoberto Ramos, actores hegemónicos pertenecientes al Comando Coordinador de Occidente, adscrito a las disidencias de alias ‘Mordisco’. La columna Jaime Martínez se asienta en la zona rural de Jamundí, mientras que la Dagoberto Ramos lo hace en el municipio de Florida. En el sur también se ha documentado la presencia de las AGC y de carteles de droga mexicanos.

Leonard Rentería, líder social.

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