Lo que significan para la libertad de expresión los segundos silenciados de «Noviembre»
Por Vorágine y La Liga Contra el Silencio
La locación es la única en la que transcurre toda la película: un espacio que recrea el baño que estaba ubicado entre el segundo y tercer piso del Palacio de Justicia. Decenas de rehenes permanecen encerrados allí bajo vigilancia armada de miembros del M-19, mientras temen que la arremetida de la Fuerza Pública se haga aún más violenta. Entonces, les proponen a los guerrilleros que permitan la salida de alguno de ellos para informarle al Gobierno que todavía hay civiles vivos.
El magistrado Manuel Gaona, representado por el actor Santiago Alarcón, se ofrece para llevar el mensaje. La consejera de Estado, Aydée Anzola, a quien encarna Aída Morales, se opone a que Gaona sea el enviado, y cuando va a pronunciar sus argumentos, la película, de repente, se vuelve una cinta muda. Por un instante, la actriz gesticula pero no se escucha lo que dice.
Probablemente, miles de espectadores notaron el breve instante de silencio en las salas de cine, sin saber que no pudieron escuchar el diálogo completo por una orden judicial. “Ni usted, Gaona, que es uña y mugre con estos terroristas”: esa es la línea silenciada, que sí se escuchó en las primeras funciones de “Noviembre”.
Para el juez Danilo Valero Huertas, la frase es una ofensa a la honra del magistrado Gaona, quien fue asesinado durante el Holocausto. Por eso, ordenó que se eliminara, tras atender una tutela interpuesta por familiares del fallecido. Según la sentencia, la medida es una salvaguarda de la memoria de una víctima. Para los creadores de la película y expertos en libertad de expresión, en cambio, constituye un grave episodio de censura.
En la víspera de la conmemoración de los 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia, la decisión del juez Valero abrió una discusión que trasciende la película y remueve viejas disputas sobre la verdad y la memoria de ese doloroso capítulo de la historia nacional.
¿Hubo censura?
La película «Noviembre» recrea el drama de la toma y retoma del Palacio de Justicia en un único y claustrofóbico escenario: un baño, donde decenas de civiles y algunos guerrilleros que los mantenían como rehenes permanecieron encerrados durante 27 horas. A partir de hechos reales y añadiendo diálogos y escenas ficcionadas, recrea los sufrimientos y las angustias de ese grupo de personas, mientras soportan el encierro impuesto por los miembros del M-19 y la violenta arremetida de los militares para retomar el control del Palacio.
Durante sus 75 minutos de duración, las únicas escenas de lo que ocurre fuera de ese baño están construidas con imágenes de archivo que grabaron los noticieros de la época. Entre los civiles representados, el magistrado Gaona es el personaje principal. Se le ve interactuando con otros rehenes y haciendo exigencias a los guerrilleros. También se le ve asustado y llorando.
La pretensión inicial de la tutela, interpuesta por Juliana Gaona, hija del magistrado, a nombre propio y de otros integrantes de su familia, fue que se suspendiera la proyección de “Noviembre” en cualquier pantalla. Para los Gaona, la película afecta la honra y el buen nombre del magistrado, al representarlo como “un hombre cobarde, pusilánime y un aliado de los miembros del grupo armado M-19”. En sus argumentos, no sólo se refieren al diálogo que luego fue eliminado, sino, en general, a toda la caracterización que se hace de él.
En sus consideraciones, el juez Valero acogió las interpretaciones de la familia y aseguró que la película “ofende” la memoria del magistrado Gaona de dos maneras: “la primera, achacándole grado de participación y/o vinculación presunta con los que fueron sus victimarios y, la segunda, negando quien fue por su carácter y principios, que están grabados en la memoria histórica y, que, de paso, resonaron con las declaraciones de quienes en vida le conocieron”.
El juez explicó que, como la censura está prohibida en Colombia, no podía acceder a las pretensiones iniciales de la familia. Por eso, determinó otras medidas que consideró “menos gravosas”. En efecto, el artículo 20 de la Constitución señala “no habrá censura”, haciendo referencia a la prohibición de que la información, expresiones artísticas, entre otras, no podrán ser eliminadas o intervenidas con la intención de que no sean conocidas por el público.
A pesar de ello, el juez ordenó que se incluyera esta advertencia al inicio y al final de la película: “Ficción basada en hechos reales, cualquier semejanza no implica afirmación histórica”. La producción de “Noviembre” acató el fallo tan pronto fue notificada, y, desde entonces, los espectadores no volvieron a escuchar el diálogo recitado por la actriz Aída Morales.
Para la abogada Ana Bejarano, directora de El Veinte, un organización que promueve la libertad de expresión y está apoyando al equipo de la cinta en la impugnación de la tutela, “la orden de intervenir directamente en el guión de la película y en su edición es censura previa y censura post facto, algo que es difícil de lograr. Está censurando el material artístico antes de que ciertas personas lo vean, pero después de que mucha gente ya lo vio”.
El abogado Andrés Jaramillo, experto en legislación alrededor de producciones audiovisuales, publicó un análisis del caso: “Es una mutilación forzosa del contenido narrativo de una obra de ficción. Este fallo sienta un precedente peligroso donde el juez constitucional se arroga la facultad de reescribir el arte bajo amenaza de desacato, convirtiéndose en editor y censor de la obra”. Jaramillo agregó que el fallo desconoce la jurisprudencia de la Corte Constitucional cuando se ha pronunciado en casos similares, y “ha establecido que las medidas correctivas deben ser siempre las menos restrictivas —como la inclusión de disclaimers o advertencias—, nunca la supresión de contenido dramático”.
¿A quién le pertenece la memoria de un personaje público?
Según el relato que recoge el fallo de tutela, el primer contacto entre la familia Gaona y el equipo de “Noviembre” se dio pocos días antes del estreno mundial, realizado el 6 de septiembre pasado en el Festival Internacional de Cine de Toronto. En una llamada telefónica, Tomás Corredor, director de la película, le contó a Juliana Gaona que su padre estaría representado. También hablaron del enfoque de la película sobre la memoria de las víctimas y les ofrecieron entradas para asistir al lanzamiento. Algunos familiares estuvieron en el evento.
Al día siguiente del estreno, Diana Bustamante, la productora de “Noviembre”, cuenta que recibieron una notificación de los organizadores del festival. Estos les informaron que la familia Gaona había solicitado que no volvieran a proyectar la película en el marco de ese evento. Así lo aseguró Bustamante en entrevista para este reportaje.
En la acción de tutela, la familia cuestiona que el equipo de la película no los buscó antes de que la obra estuviera terminada, y que no les pidieron permiso para usar el nombre y la imagen del magistrado. Según Bustamente, en la comunicación previa al estreno, el director les explicó que “no se le había mostrado la película a nadie porque, al ser una ficción, entrar a tener la perspectiva de cada individuo iba a modificar la perspectiva del individuo creador, es decir, del director”.
En esta discusión, el juez también se decantó del lado de la familia. Le reprochó a la producción que no hubieran buscado a los Gaona en etapas previas en las que hubieran podido “convalidar” sus consideraciones.
El magistrado Carlos Urán, otra de las víctimas del Holocausto, también aparece representado en la película. Helena Urán, su hija, dice que “las víctimas no pueden exigir que todo pase por el aval de ellos, porque esto es un un tema que le compete a toda la nación, y la memoria empieza a suceder justamente cuando toda la sociedad civil entiende que le concierne, y empieza a hablar de eso, a expresarse a través del arte o de cualquier medio creativo”. Y agrega: “Si bien nosotros tenemos una historia personal con los hechos, esto es algo que afectó los derechos de todos los ciudadanos”.
La abogada Ana Bejarano dice que la imagen del magistrado Gaona no solo le pertenece a su familia, sino también a otros sectores de la sociedad y el Estado, como la academia y la rama judicial. “La memoria es también una forma de generar procesos de reflexión social, es decir, esto no es un derecho individual. Y más en este caso, con víctimas de todos los lados, con actores y agresores de todos los lados”. Y añade: “La familia tiene derecho a salir y denunciar la película, a decir: ‘no estamos de acuerdo, es insuficiente, es inexacta, es mala, es injusta’. Pero lograr que se censure la película parece un abuso del derecho de la imagen y de las víctimas”.
Bejarano explica que el derecho a la imagen es una garantía que está en cabeza de los herederos después del fallecimiento de su familiar. Aun así, en caso de personas públicas, como lo fue el magistrado Gaona, ese derecho no radica únicamente en cabeza de la familia sino de toda la sociedad, interesada en reconstruir a través de esa imagen procesos de memoria colectiva.
¿Cuál es el límite de la ficción sobre un hecho histórico?
En el fallo, el juez muestra reiteradamente su inconformidad por la manera en que “Noviembre” usa elementos de la ficción para complementar o representar hechos: “La obra artística aquella, a través de la ‘ciencia ficción’, busca llenar vacíos frente a hechos históricos consolidados”.
Si bien la accionada informa que los discursos y narrativas que se utilizaron son producto de la creatividad, aquello, a juicio de este operador judicial, atenta contra la “memoria colectiva, distorsionando y vulnerando la honra, dignidad e imagen post mortem del exmagistrado Manuel Gaona Cruz”, dice el juez.
Para el equipo de la película, “Noviembre” no tiene que limitarse a una especie de relato periodístico o judicial de los hechos, porque es una obra de ficción, una exploración creativa del Holocausto. “Hay que entender la ficción como un camino de construcción y entendimiento del drama de una sociedad que no tiene que ver con los fallos judiciales. Tiene que ver con lo que le compete esencialmente al arte. Y eso no debería estar intervenido por la justicia”, dice Diana Bustamante.
El juez, además, acogió la interpretación de la familia Gaona de que el magistrado fue representado como una persona “cobarde” y “pusilánime”: “Lo cierto es que se aleja de la realidad documentada de quien, en vida, como lo señalan los accionantes, se promovió como una persona con un carácter diferente al expuesto en la película, de convicciones claras y principios arraigados. Pensar algo distinto sería desconocer los amplios testimonios de quienes lo conocieron”.
Para Ana Bejarano, de El Veinte, el despacho no debería entrar a catalogar los géneros artísticos y determinar si cumplen o no con los criterios para cada uno. “Los jueces no son calificadores de las expresiones artísticas”, señala Bejarano. Por eso, para la abogada, el uso del calificativo de ‘ciencia ficción’ denota un profundo desconocimiento y desconexión del juez con una materia sobre la cual no debería pronunciarse, pues la película no se trata de ciencia ficción, sino de hechos históricos ficcionalizados, las cuales constituyen dos expresiones artísticas muy distintas.
Pese a lo que se ha dicho en medios de comunicación, este fallo no constituye un precedente jurídico que en lo sucesivo pueda derivar en sentencias similares. Aún resta que el caso sea revisado en una segunda instancia. Y después, la Corte Constitucional decidirá si elige o no el expediente para estudiarlo. Lo anterior quiere decir que la resolución final de este conflicto de derechos está lejos de conocerse.
Bustamante asegura que esa interpretación del juez reduce la caracterización que “Noviembre” hace de Gaona. “La película no hace un daño a la imagen del personaje, que por el contrario está construido como alguien de mucho valor, que desde su conocimiento y entereza confronta a las personas armadas. Y también es un personaje que llora, que tiene miedo, que como cualquier ser humano tiene complejidades”. Agrega sobre la lectura que se hace en la tutela: “Una persona no es cobarde porque llora o porque intenta salir corriendo. La construcción del heroísmo tiene muchas aristas. El mundo tiene una cantidad de intersecciones, de grises, que es lo que lo hace un mundo interesante de explorar para el arte”.
Bustamante también cuestiona la interpretación que el juez hizo sobre la frase pronunciada por el personaje de la consejera Anzola. Asegura que la película no acusa a Gaona de ser un aliado de “terroristas”, sino que representa un estigma que recaía sobre algunos funcionarios judiciales que, como él, investigaban violaciones de derechos humanos. “Lo que está haciendo el personaje (de Anzola) es recoger a través de un diálogo una tendencia de una mirada que había en ese momento. Obviamente, el magistrado Gaona no estaba vinculado a ninguno de esos grupos, pero sabemos de la polarización que siempre ha existido en el país a muchos niveles”.
Para Pedro Adrián Zuluaga, periodista y crítico de cine, el juez hace una interpretación equivocada del peso de ese diálogo en la representación que “Noviembre” hace de Gaona: “Podríamos incluso darle a la familia el beneficio de que la frase de la magistrada Anzola es problemática. Pero una obra no es un pedacito, una obra construye su sentido con todo su desarrollo narrativo, y me parece que si algún personaje sale bien librado es este”.
En un comunicado posterior al fallo de tutela, Juliana Gaona aseguró que el equipo de la película nunca mostró las pruebas o fundamentos jurídicos en los que basan las afirmaciones que, para ella, distorsionan la figura de su padre: “La verdad y la memoria de Manuel Gaona Cruz no están en discusión. Ambas están respaldadas por la justicia, los testigos y los informes oficiales que durante décadas han probado quién fue y qué representó. No se puede construir memoria sobre la ficción”, agregó.
Zuluaga tiene una lectura muy distinta: “La verdad del cine de ficción no es histórica, es una verdad simbólica, construida desde un lugar emocional, si se quiere. La película es muy sensorial, más que información histórica nos ofrece entrar en una atmósfera. No veo que la película haga afirmaciones históricas, no está acusando a nadie”.
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“La memoria del holocausto del Palacio de Justicia se convirtió en una pelea renovada en cada coyuntura judicial, calentura política o aniversario de noviembre”, advierte el informe de la Comisión de la Verdad, publicado en 2022. También explica que la prolongada controversia se deriva de la impunidad que todavía oscurece este episodio histórico. Sin proponérselo, “Noviembre” terminó retratando algo más que lo que ocurrió en un baño del Palacio de Justicia durante la toma de los guerrilleros y la retoma de los militares. Las reacciones a la película muestran con claridad la continuidad de la vieja disputa por la verdad y la memoria de lo que allí ocurrió.
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