El ruido de las balas: ¿Quién mató a Abelardo Liz?
Por 070 y Bellingcat, con el apoyo de La Liga Contra el Silencio.
El 13 de agosto del 2020, durante un operativo de desalojo en una finca de propiedad del ingenio azucarero Incauca, en Corinto, norte del Cauca, el periodista indígena Abelardo Liz fue impactado por una bala que lo mató. En un trabajo conjunto, Cerosetenta y Bellingcat, con el apoyo de La Liga contra el Silencio, utilizaron los videos grabados por Abelardo y por otras personas presentes y el sonido de los disparos analizado por expertos en audio forense, para investigar lo que ocurrió.
ADVERTENCIA: Este informe contiene referencias explícitas a un tiroteo, así como secuencias e imágenes del suceso que podrían causar angustia o incomodidad a algunos lectores.
En agosto del 2020, el periodista Abelardo Liz fue impactado por un disparo durante un enfrentamiento entre soldados y manifestantes, en medio de una protesta por el derecho a la tierra en el departamento del Cauca, Colombia. Abelardo no soltó inmediatamente su cámara ni dejó de filmar; la sostuvo mientras caía al suelo y luego se la entregó a otra persona para que pudiera seguir filmando.
El sonido de las balas grabado por Abelardo y por otras personas en el lugar de los hechos aporta nuevas pistas sobre el tiroteo mortal.
Este tiroteo duró 67 segundos y, cuando terminó, tres personas habían resultado heridas por balas, dos de ellas mortalmente, incluido Abelardo Liz.
Bellingcat y Cerosetenta analizaron las pruebas en audio y vídeo, junto con los informes de autopsia y balística y los testimonios de los soldados, y descubrieron importantes incoherencias en el relato de los hechos por parte del Ejército.
Hallazgos clave:
- La bala que mató a Abelardo Liz parece haber venido del lado de la carretera donde se encontraban los soldados colombianos y otras fuerzas de seguridad.
- La bala encontrada en el cuerpo de Abelardo es consistente con las balas y el tipo de armas que llevaban los soldados del pelotón ese día.
- Los soldados dispararon sus armas contra el suelo a corta distancia de los civiles.
- Los soldados parecen haber iniciado el tiroteo.
- Aunque no se puede descartar un intercambio de disparos, en ningún momento se ve a los soldados buscar refugio ante el supuesto ataque.
- No encontramos evidencia de que el Ejército recibiera disparos procedentes de las montañas.
Estas conclusiones contradicen los testimonios bajo juramento que hicieron los miembros del pelotón Águila 1 sobre los sucesos del 13 de agosto de 2020. Afirmaron que dispararon contra disidentes armados en las montañas en respuesta a un ataque y que no efectuaron disparos disuasorios cerca de civiles. El pelotón Águila 1 forma parte del Batallón de Alta Montaña Número 8 de la Tercera División del Ejército de Colombia, y estaba bajo el mando del Sargento Viceprimero Carlos Álvarez Rodríguez ese día, según una declaración juramentada hecha por Álvarez Rodríguez. También estaba presente otro pelotón. En un comunicado emitido inmediatamente después del incidente, el Brigadier General Marco Mayorga, comandante de la Tercera División, afirmó: «Es de resaltar que las tropas del Ejército Nacional nunca accionaron sus armas de dotación en contra de la comunidad indígena».
Bellingcat y Cerosetenta contactaron al Ejército en varias ocasiones y les expusimos nuestros hallazgos. En respuesta, el comandante del Batallón de Alta Montaña No. 8, teniente coronel Jorge Armando Rojas, nos dijo que las tropas actuaron correctamente y estaban apoyando a la Policía Nacional y al Escuadrón Móvil Antidisturbios cuando fueron «interrumpidos por grupos armados ilegales, quienes, llevando a cabo flagrantes violaciones contra el Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos dispararon contra las tropas presentes y la población civil». Dijo que no podían compartir detalles operativos sobre los presuntos combatientes implicados en el tiroteo. Y que el batallón había llevado a cabo una investigación disciplinaria sobre lo ocurrido ese día, que se cerró tras no hallar pruebas de faltas disciplinarias por parte de ninguno de los soldados.
Vea el vídeo de Cerosetenta sobre el caso de Abelardo y lea más sobre los antecedentes y el análisis de audio a continuación.
Colombia, el Cauca y el pueblo indígena Nasa
Abelardo Liz se une a la lista de al menos 52 periodistas asesinados en Colombia desde 1993, según el Observatorio de Periodistas Asesinados de la Unesco. Abelardo era un periodista indígena que trabajaba para la emisora de radio Nación Nasa Estéreo y pertenecía al Tejido de Comunicaciones del Cabildo Indígena de Corinto cuando le dispararon.
El pueblo indígena Nasa ha estado participando en lo que denominan «Liberación de la Madre Tierra», un proceso mediante el cual el pueblo Nasa está ocupando territorios que, según afirman, les han sido arrebatados desde la colonización española.
Por lo general, la tierra en la región del Cauca ha estado concentrada en manos de la agroindustria. Como consecuencia, el pueblo Nasa históricamente ha sido desplazado a zonas no idóneas para la agricultura, lo que ha limitado su capacidad de subsistencia.
Según un informe de la Revista Estudios Socio-Jurídicos, esto ha llevado sus tácticas de ocupación de tierras a límites legales discutibles, lo que ha creado tensiones en la región.
Los miembros de la comunidad Nasa también se han visto inmersos en un conflicto por la tierra entre cárteles del narcotráfico, disidentes de las FARC, el Ejército y la Policía colombianos y otros grupos armados de la zona. Esto ha provocado la muerte de miembros de la comunidad Nasa.
Cómo se desarrollaron los hechos el 13 de agosto
La policía y el Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD, tenían la orden de desalojar a una comunidad indígena Nasa que había ocupado la hacienda Quebrada Seca, situada cerca de Corinto.
Los soldados colombianos se encontraban en el perímetro de la operación debido a la posible presencia de disidentes de las FARC en la zona. El día anterior, el Ejército había intercambiado disparos con disidencias a unos 4 km del lugar.
Abelardo Liz, que se puede ver con una camiseta amarilla y una mochila negra, estaba cubriendo el desalojo y filmando con una cámara de mano.
Antes del tiroteo, manifestantes y policías protagonizaron una serie de enfrentamientos a lo largo de la carretera señalada en rojo en la siguiente imagen. La carretera se encuentra a 1,8 kilómetros al este de Corinto, aquí (3.17034, -76.2449).
Alrededor del mediodía terminó el operativo de desalojo y 21 integrantes del pelotón Águila 1 descendieron desde el sector conocido como Las Pirámides, en una colina cercana.
Según declaraciones de los soldados fueron desviados hacia los cultivos de maíz luego de que aproximadamente 50 manifestantes indígenas les bloquearon el paso, por aquí (3.168272, -76.244601). No hay registro en video que compruebe esas afirmaciones.
A partir de este punto, las imágenes grabadas muestran al pelotón marchando entre los manifestantes.
Analizando las pruebas de vídeo disponibles determinamos la ruta aproximada que siguieron los soldados hasta llegar al camino de tierra donde Abelardo recibió el disparo mortal. Estos vídeos muestran que, a lo largo del camino, los soldados de Águila 1 fueron seguidos por manifestantes agitados que empujaban e insultaban a los soldados mientras les exigían que abandonaran el lugar.
Pudimos rastrear la ubicación de estos soldados antes, durante y después de que Abelardo fuera herido por una bala, identificando los detalles de sus uniformes y el tipo de armas que llevaban. Todos sus nombres y rostros se han difuminado para proteger sus identidades.
Mientras los miembros del pelotón Águila 1 marchaban hacia la posición G (resaltada más abajo), otro grupo de policías y soldados se situó también en la “Y” situada en la entrada de la hacienda.
Alrededor de las 12:10 pm comenzó el tiroteo.
Lo que el análisis de audio puede decirnos sobre el tiroteo
Bellingcat y Cerosetenta analizaron 118 vídeos filmados el 13 de agosto, 16 de los cuales se grabaron durante los 67 segundos que duró el tiroteo. Bellingcat ya ha utilizado anteriormente el análisis forense de audio para investigar El asesinato de Muhammad Gulzar y Develando el asesinato de Shireen Abu Akleh y comparar el sonido de las balas reales con los testimonios de testigos y las declaraciones oficiales.
Cuando se disparan las balas se produce un «bang» (explosion de cañón) debido a la combustión de la pólvora en el cartucho de la bala al salir del cañón del arma. Este sonido viaja a la velocidad del sonido a través del aire.
Sin embargo, la mayor parte de la munición de fusil disponible es supersónica.
Cuando se disparan proyectiles supersónicos, lo primero que escucha una persona en la línea de fuego es la onda de choque (crack o chasquido) causada por el proyectil que pasa, seguida de las respectivas explosiones de la boca del cañón (bang). Ver el diagrama siguiente:
Dado que una bala supersónica viaja más rápido que el sonido de la explosion de cañón, hay una diferencia de tiempo entre la llegada del chasquido y la llegada del sonido de la explosión al micrófono que graba el tiroteo.
Aquí hay un ejemplo de un vídeo filmado durante el tiroteo del 13 de agosto. Se puede oír el típico sonido de chasquido de las balas supersónicas, seguido de las respectivas explosiones de cañón.
Los expertos en audio forense utilizan esta diferencia temporal para identificar disparos, calcular la distancia aproximada a la que se encuentra un determinado tirador y comprender mejor el tiroteo.
Según el Dr. Robert Maher, profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad Estatal de Montana, las grabaciones múltiples de un tiroteo pueden proporcionar información útil sobre la ubicación y orientación del arma de fuego, si había o no varias armas y quién efectuó el primer disparo.
Un método denominado multilateración puede permitir localizar una fuente de sonido analizando múltiples grabaciones y midiendo la diferencia de tiempo de llegada de las ondas sonoras a cada uno de los micrófonos respectivos.
Utilizando los patrones de disparo identificados y otras referencias visuales y sonoras contenidas en los vídeos, geolocalizamos y sincronizamos todo el material sonoro. La secuencia resultante mostró que el tiroteo duró un total de sesenta y siete segundos, como se puede ver aquí:
ADVERTENCIA: El siguiente video contiene sonidos e imágenes fuertes.
Agrupamos los segmentos de audio que contenían los mismos patrones de disparos y organizamos los datos del 13 de agosto por episodios de disparos y los compartimos por separado con los expertos en audio forense Steven Beck, de Beck Audio Forensics, y el Dr Robert Maher, de la Universidad Estatal de Montana.
Aumenta la tensión y comienza el tiroteo 00:00 segundos:
Tras su desvío a través de los cultivos de maíz, el pelotón Águila 1 llegó a la carretera de tierra. En este punto, algunos de ellos fueron interceptados por manifestantes y el pelotón se vio obligado a dividirse. Doce soldados consiguieron cruzar la carretera, pero nueve fueron cercados por la multitud. El pelotón Águila 1 quedó separado en dos grupos. Este es un recordatorio de sus posiciones.
Las tensiones aumentaron cuando algunos miembros de la comunidad indígena al parecer amenazan a los soldados con machetes; uno de ellos parece robar un cuchillo grande a un soldado. Otro hombre agarró la punta del fusil de un soldado y forcejeó con él. Momentos después comenzó el tiroteo.
Las imágenes muestran cómo algunos de los manifestantes miran hacia los soldados situados en el lado noroeste de la carretera en cuanto comienza el tiroteo. Algunas personas también parecen huir. Esto podría dar una indicación del posible origen de los primeros disparos.
Desde el lado noroeste de la carretera, los doce soldados parecen hacer señales al resto del pelotón para que crucen la carretera. Como se ve en la imagen inferior, al menos ocho soldados no parecen buscar cubierta mientras continúan los disparos.
El experto en audio forense Steven Beck revisó los vídeos y el material respectivo de audio y señaló que la primera ronda de disparos grabada en los vídeos parece haber sido iniciada por un arma totalmente automática con una frecuencia de disparos correspondiente a una M60, seguida por el sonido de los disparos de fusil tipo Galil.
Se puede escuchar la secuencia de audio del inicio del tiroteo aquí:
El expediente del caso examinado por Bellingcat y Cerosetenta muestra que el pelotón Águila 1 portaba ametralladoras M60 y fusiles Galil ACE 23 durante la operación de desalojo del 13 de agosto de 2020. Por otra parte, las pruebas forenses recogidas tras el tiroteo en el lugar incluyen casquillos de bala de 7.62 milímetros y eslabones metálicos compatibles con ametralladoras como las M60. Los informes balísticos también indicaron que el Ejército disparó al menos diecinueve balas de 5.56 milímetros en las inmediaciones del lugar donde Abelardo Liz fue abatido.
El análisis visual apoya esta afirmación: dos de los soldados, situados en el lado noroeste del camino cuando comenzó el tiroteo, parecen portar M-60 mientras que el resto de los soldados parecen estar equipados con Galil ACE 23.
Los manifestantes se dispersan y una siguiente ronda de disparos a los 00:06 segundos
Tras los primeros disparos, la multitud siguió dispersándose; aún se veían nubes de polvo sobre el camino. Los soldados que habían quedado retenidos en el lado sureste del camino empezaron a avanzar hacia el resto del pelotón para reunirse con ellos.
Abelardo filmó a los soldados mientras cruzaban. Es a través de su cámara y de otras cercanas que se puede escuchar la siguiente serie de disparos.
Al principio se oye claramente el sonido de los proyectiles, una combinación de ondas de choque (chasquidos) seguidas de los correspondientes estallidos de pólvora (bangs), lo que indica que las balas se desplazaban a velocidad supersónica y pasaban cerca a los micrófonos de la cámara.
Después, el patrón de disparos evoluciona hacia una serie más solapada; entre los disparos también se escuchan ráfagas de estallidos de pólvora muy fuertes sin ondas de choque.
Se puede escuchar el episodio completo aquí:
Según los dos expertos forenses de audio consultados por Bellingcat, los disparos que se oyen en los tres primeros segundos de esta sección de audio proceden de aproximadamente 50-60 metros de distancia del camino de tierra. Según las pruebas visuales, los soldados de Águila 1 se encontraban en este radio. Sin embargo, desconocemos la dirección de desplazamiento de las balas.
Aunque no se puede descartar un intercambio de disparos, según los datos de audio anteriores, la evidencia visual muestra que al menos trece de los 21 soldados que se encontraban en las inmediaciones del camino no parecen buscar refugio.
Las imágenes también parecen mostrar a varios soldados disparando al suelo muy cerca de civiles, lo que también se conoce como disparos «disuasivos”. Esto podría explicar los fuertes disparos o estallidos de pólvora que no mostraron ondas de choque durante el resto de la secuencia de audio mencionada.
Según el Dr. Robert Maher, «esto podría deberse a que los disparos se dirigen al suelo [donde] la bala se detiene relativamente cerca del arma de fuego, y no viaja por el aire más allá del micrófono».
En el camino de tierra también se ven nubes de polvo, lo que sugiere que las balas sí impactaron contra el suelo. Al menos cuatro soldados fueron captados por la cámara de Abelardo efectuando disparos semi horizontales o contra el suelo.
Este audio contiene algunos de los últimos disparos efectuados contra el suelo antes de que el pelotón comenzara a alejarse del camino de tierra (hacia la posición «I»). Los mismos disparos pueden escucharse también en un vídeo grabado en el sector de Las Pirámides, en las montañas. Más adelante en el texto hablaremos de su importancia.
Varios de los soldados del pelotón Águila 1 que fueron vistos disparando al suelo declararon en un procedimiento disciplinario interno en los días posteriores al incidente y negaron haber realizado disparos disuasivos contra la comunidad indígena. En su lugar, afirman que sólo reaccionaron a los disparos recibidos desde las montañas.
La persona que conducía la audiencia preguntó: ¿Podría informar a esta comisión si usted o algún otro soldado realizó disparos disuasivos frente a las vías de hecho que se presentaron por parte de la comunidad indígena?
Un soldado respondió: «No, en ningún momento di la orden de hacer disparos disuasivos como disparar al aire o al suelo».
Otro soldado respondió: «No, no hubo ningún disparo disuasivo frente a las vías de hecho que se presentaron por parte de la comunidad indígena, siempre se repele el ataque hacia las partes altas donde fuimos atacados».
Sin embargo, todas las pruebas disponibles examinadas por Bellingcat y Cerosetenta parecen indicar que el pelotón no estaba bajo fuego enemigo desde el sector montañoso situado a unos 800 metros de distancia.
¿Una primera víctima de tiroteo?
Tres personas (Abelardo Liz, José Ernesto Rivera y Julio César Tumbo) resultaron heridas el 13 de agosto de 2020; dos de ellas mortalmente.
Hacia el final de los disparos disuasivos, cuando el pelotón se reunió y se alejaba del camino de tierra, una persona gritó: «¡Este está herido! Este está herido!»
Precisamente en ese momento, Abelardo sigue apareciendo en las imágenes, identificado por su camiseta amarilla y se le ve seguir grabando los acontecimientos. Está junto a Julio César Tumbo. Ambos hombres seguían ilesos en ese momento.
Una vez terminado este tiroteo, las pruebas visuales muestran que un hombre -presumiblemente José Ernesto Rivera- aparece tumbado, a unos metros de donde se le vio de pie en las imágenes anteriores.
Basándose en las pruebas visuales, es plausible que José Ernesto Rivera pudiera haber sido impactado y herido durante el período de disparos justo antes de que los soldados se reagruparan en el lado noroeste del camino de tierra. Sin embargo, son necesarias más investigaciones para verificar la identidad del herido y cómo lo hirieron.
Presentamos todas estas pruebas a Morris Tidball-Binz, Relator Especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias. Le dijo a Bellingcat y Cerosetenta que: «Los soldados actuaron al margen de las normas y parámetros establecidos sobre el uso de la fuerza por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, incluidos los Principios Básicos de las Naciones Unidas sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley (1990). Con ello, violaron los requisitos de legalidad, necesidad, proporcionalidad, precaución y responsabilidad, incluyendo, por ejemplo, el uso de armas de guerra altamente letales para dispersar una manifestación».
No está claro por qué los soldados negaron haber realizado disparos disuasivos contra los manifestantes indígenas el 13 de agosto de 2020; pero esto plantea interrogantes sobre lo que ocurrió realmente y sobre el nivel de formación que había recibido el pelotón para gestionar este tipo de situaciones.
Una sola bala y una breve pausa de disparos en el segundo 00:26
Cuando los 21 soldados se reagruparon en el lado noroeste de la carretera de tierra, se retiraron alejándose de los manifestantes a lo largo de un arroyo. Aquí un recordatorio de las posiciones.
Mientras se retiraban, se escuchó un único disparo, que parece corresponder a las imágenes que muestran un pequeño destello entre los soldados. El sonido también fue recogido por otras grabaciones de vídeo. Se puede escuchar el audio del disparo grabado por una cámara situada cerca de la posición «G», cerca de Abelardo, aquí.
El disparo que se escucha en el audio coincide con el pequeño destello que se ve en la grabación y que parece ser la liberación de gases de estallido de un rifle.
Aparte de esta bala, no parece haberse registrado ningún otro sonido de disparo durante un total de diecisiete segundos, lo que sugiere que los soldados no estuvieron bajo fuego durante ese tiempo.
El tiroteo se reanuda a los 00:43 segundos
Una serie de disparos escuchados tras la breve pausa en el tiroteo merece una investigación más profunda.
El sonido de estos once disparos fue recogido por seis cámaras. Se pueden escuchar estos audios en el mapa interactivo de abajo.
Los expertos audio forenses Robert Maher y Steven Beck utilizaron la diferencia de tiempo entre la llegada de las ondas de choque y los respectivos sonidos de estallido de cañón para estimar la distancia a la que se encontraba cada cámara del presunto tirador. Ambos expertos llegaron a conclusiones muy similares, sugiriendo un posible tirador situado en el siguiente lugar resaltado en amarillo en el diagrama inferior. Sin embargo, una serie de factores -entre ellos que no conocemos la velocidad exacta de las balas ni su trayectoria exacta- provocan cierta incertidumbre. La ubicación que figura a continuación es sólo una estimación.
El Dr. Maher explica los resultados que mostramos en el diagrama siguiente:
«Este resultado se representa en la siguiente imagen de Google Earth, con los círculos azules indicando el rango aproximado de distancias. En teoría, los tres círculos comparten un punto común que representaría la posición probable de disparo. En este caso, los resultados de cronometraje no representan una solución singular, pero los rangos sí se aproximan en la región donde muestro el círculo amarillo discontinuo».
También observamos que las ondas de choque sólo aparecen en los vídeos grabados al norte del círculo amarillo. Las grabaciones realizadas al sur-sureste, incluido el vídeo filmado en las montañas, no parecen presentar ondas de choque, lo que podría ser un indicio de que estas balas se dispararon probablemente hacia el camino de tierra.
Según las pruebas presentadas en esta sección, no se puede descartar un intercambio de disparos. En este sector estaba concentrado un grupo de indígenas. Sin embargo, entre el material analizado por Bellingcat y Cerosetenta no hay evidencia de que alguien dentro de la comunidad indígena portara armas de fuego, ni hay ninguna prueba visual de fuerzas de seguridad en esta zona. Sin este material para complementar el sonido de las balas, es imposible saber quién efectuó estos disparos.
Aunque la ubicación del posible tirador es sólo una estimación, el análisis muestra que lo más probable es que esta serie de disparos se produjeron cerca del camino de tierra y no desde las montañas. Es necesario seguir investigando para establecer su origen exacto.
Serie final de disparos a los 00:47 segundos – Abelardo es alcanzado por una bala
De los planos analizados en el apartado anterior pasamos a otra secuencia en la que se incrementa notablemente el número de disparos.
En medio del caos, Abelardo sigue filmando hasta el momento en que le disparan y cae al suelo. Sabemos por su propia grabación que, tras ser impactado, logró pasar su cámara a un hombre que estaba cerca para que la filmación pudiera continuar. Después de que Abelardo es impactado por el disparo, se oyen dos últimas ráfagas. La gente corrió a socorrer a Abelardo y Julio, ambos heridos.
En los vídeos siguientes se puede ver el momento en que Abelardo es impactado.
ADVERTENCIA: El contenido de los vídeos puede ser perturbador.
Como Abelardo filmó el momento en que fue impactado, utilizamos este momento exacto grabado en su cámara para sincronizar todas las imágenes que analizamos.
¿En qué dirección vino la bala?
Determinamos la posición de Abelardo superponiendo y triangulando diferentes vídeos y comparándolos con las características del terreno mediante PeakVisor y Google Earth.
El video grabado por Abelardo muestra la dirección aproximada en la que estaba orientada su cámara cuando le dispararon. Sincronizando este material con otros vídeos, podemos estimar la posición relativa de su cuerpo con respecto al camino de tierra.
La información visual, incluida la registrada por el propio Abelardo, muestra que estaba apuntando con su cámara hacia los soldados –que se encontraban en la posición «I»– y que estaba ligeramente agachado, segundos antes de ser impactado.
Uno de los soldados del pelotón que llevaba una cobertura distintiva en su cabeza nos permitió triangular e identificar la posición del pelotón- segundos antes, durante y después de que Abelardo recibiera el disparo.
La autopsia de Abelardo, revisada por Bellingcat y Cerosetenta, muestra que la bala entró en su cuerpo por el costado derecho, entre las costillas, y descendió de derecha a izquierda hasta alojarse en una de sus últimas vértebras. Las pruebas visuales muestran que la bala entró al cuerpo de Abelardo por la parte delantera y por el costado derecho.
Toda la evidencia disponible indica que la bala que mató a Abelardo Liz parece haber venido del lado noroeste del camino, donde se encontraban los soldados del pelotón Águila 1, así como otros soldados y miembros de la policía y del ESMAD. No hay evidencia de ningún otro actor, además de estas fuerzas de seguridad, ubicadas en el lado noroeste del camino.
El hecho de que Abelardo recibiera un disparo en la parte superior del abdomen y estuviera orientado hacia el noroeste hace altamente improbable que la bala que lo mató procediera de detrás de él o de las montañas.
El diagrama siguiente muestra la posición de Abelardo en relación con los soldados y otras fuerzas de seguridad en el momento en que le dispararon:
Según la autopsia de Abelardo, se recuperó de su cuerpo una bala de 5,56 milímetros. Este tipo de bala es compatible con fusiles como el Galil ACE 23. Sin embargo, Medicina Legal no pudo determinar si procedía o no de alguna de las armas que portaban los soldados ese día, citando que no había suficientes marcas microscópicas o estrías en la bala para establecer quién le disparó.
Se escucharon disparos en el sector Las Pirámides
Durante el período en que Abelardo fue baleado, el sonido de las balas estaba muy superpuesto, lo que dificulta el análisis. Sin embargo, aún proporciona alguna información importante -principalmente que no podemos encontrar evidencia de disparos realizados desde la zona montañosa hacia Abelardo y los soldados-.
Después de escuchar el sonido de las balas que estaban muy superpuestas, el experto en audio Steven Beck explicó que hay una secuencia rápida de disparos cercanos durante este período que es consistente con una ametralladora M60. Las ondas de choque asociadas a estos disparos rápidos también se escucharon en los vídeos filmados en las montañas. Esto indica que la ametralladora M60 probablemente apuntaba en esa dirección.
Momentos antes y después de que Abelardo fuera impactado, se pueden ver balas impactando en el suelo a su alrededor. Esto parece confirmar que algunos de los disparos iban dirigidos a esta zona del camino de tierra.
Tras comparar los datos de los distintos vídeos, el Dr. Robert Maher llegó a la conclusión de que los dos últimos disparos, efectuados después de que Abelardo fuera alcanzado, son disparos coherentes con un tirador apuntando hacia las montañas. Se pueden escuchar estos dos últimos disparos, de los segundos 5 a 13, en este vídeo publicado por el Ejército.
Con el fin de examinar con más detalle la afirmación del Ejército de que recibieron disparos desde las montañas -y que disparaban en respuesta a ello-, tomamos todos los datos de vídeo y audio disponibles de la secuencia completa de disparos (67 segundos) y los comparamos con el vídeo grabado en la zona desde la que el Ejército afirmó haber recibido disparos (marcada en rojo). La distancia entre la cámara y el camino de tierra era de aproximadamente 800 metros. Se puede ver el vídeo aquí:
Este vídeo grabado en el sector de Las Pirámides contiene los últimos 40 segundos del total de 67 segundos que duró el tiroteo.
Aunque sólo tenemos una cámara grabando en el sector Las Pirámides, la evidencia de este video indica que no parecía haber nadie disparando en esta zona -sin embargo esto no se puede descartar completamente-.
La mayoría de las ráfagas lejanas que se escuchan en el video filmado en la montaña parecen corresponder a disparos efectuados cerca de cámaras más cercanas al camino de tierra donde Abelardo fue alcanzado y lejos del sector Las Pirámides. Más arriba hemos reseñado todos estos episodios de disparos.
Según los expertos, parece haber algunos casos de ondas de choque supersónicas asociadas con balas que muy probablemente viajaban hacia la montaña y pasaban cerca de esta cámara.
Aunque las pruebas de audio son limitadas, hay otros aspectos a considerar.
El sector Las Pirámides está ubicado aproximadamente a 800 metros de donde Abelardo fue baleado.
Morris Tidball-Binz dijo a Bellingcat y Cerosetenta que las balas de calibre 5,56 mm, que fueron utilizadas por el Ejército ese día y recuperadas del cuerpo de Abelardo, se utilizan normalmente contra objetivos situados entre 200 y 400 metros de distancia. Disparar contra objetivos a más de 600 metros reduce su eficacia y fiabilidad. En cambio, la herida y la naturaleza de la lesión sufrida por Abelardo Liz son compatibles con un disparo efectuado desde más cerca de él.
La respuesta del Ejército
Tras el tiroteo, el Brigadier General Marco Mayorga, comandante de la Tercera División del Ejército colombiano, hizo un relato de los hechos y negó que los soldados dispararon contra la comunidad indígena. Afirmó que «algunos miembros de la comunidad indígena, actuando por fuera de la legalidad, arremetieron contra la fuerza pública cuando se encontraban cumpliendo con sus deberes constitucionales, ocasionando lesiones a los integrantes de la Fuerza Pública».
Aseguró que después, los soldados del pelotón recibieron un ataque desde la parte alta de la hacienda. «El ataque fue realizado por un grupo disidente». Y continuó: «Es de resaltar que los soldados del Ejército Nacional nunca accionaron sus armas en contra de la comunidad indígena. Por el contrario, respondió al ataque desmedido del grupo armado residual Dagoberto Ramos Ortiz hacia la tropa, sin importar la presencia de la población civil.»
Bellingcat y Cerosetenta preguntaron al Ejército sobre la muerte de Abelardo Liz y la investigación interna del Ejército sobre el incidente. Preguntamos si la investigación interna seguía abierta y, si había concluido, cuál era el veredicto y si se había sancionado a alguien.
También preguntamos si el Ejército mantenía la versión de los hechos esbozada públicamente por el general de brigada Marco Mayorga el 13 de agosto de 2020, inmediatamente después del incidente, y si el Ejército había averiguado algo más sobre los actores armados supuestamente implicados.
En respuesta el comandante del Batallón de Alta Montaña No. 8, Teniente Coronel Jorge Armando Rojas nos dijo:
«Las tropas del Batallón de Alta Montaña N 8 “Coronel José María Vezga», que estuvieron en apoyo el día de los hechos, actuaron correctamente de acuerdo con el mandato constitucional».
Esbozó que, las tropas se encontraban «brindando seguridad al personal de la Policía Nacional y del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), quienes en el desarrollo de sus labores fueron interrumpidos por grupos armados ilegales, los cuales, realizando flagrantes violaciones al Derecho Internacional Humanitario y a los derechos humanos dispararon contra las tropas presentes y la población civil.»
También afirmó que en la investigación interna no se encontraron pruebas de faltas disciplinarias por parte de ninguno de los soldados, que las declaraciones del brigadier general Marco Mayorga se presumen ciertas y que el Ejército no puede compartir detalles operativos sobre los presuntos militantes implicados en el tiroteo.
Tres años después
Tres años después del asesinato de Abelardo Liz nadie ha rendido cuentas por su muerte, a pesar de la gran cantidad de pruebas disponibles. Al menos tres miembros del pelotón Águila 1 que estuvieron presentes durante la operación en la que murió Abelardo están siendo investigados en relación con la muerte del activista Flower Jain Trompeta Pavi en otra operación militar ocurrida 10 meses antes, en octubre de 2019. La Fiscalía colombiana identificó inconsistencias en los relatos de los soldados sobre los eventos y cuestionó si el pelotón se había adherido a las reglas de la operación. Nadie ha sido condenado por el caso, que sigue abierto, en etapa de indagación.
Bellingcat y Cerosetenta se pusieron en contacto con la Fiscalía en relación con los dos incidentes del pelotón Águila 1. Nos dijeron que se estaban llevando a cabo las investigaciones respectivas en los casos de Abelardo Liz y Flower Trompeta, de acuerdo con el mandato de la Fiscalía.
Investigación: Carlos Gonzales – Bellingcat y Cerosetenta. Visualización de datos: Miguel Ramalho – Bellingcat. Video: Cerosetenta. Material: Tejido de Comunicaciones Cabildo de Corinto y Abelardo Liz.
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