El asesinato del gerente del hospital de Caucasia sigue impune
Por: Cuestión Pública, Vorágine y La Liga Contra el Silencio
A Luis Octavio Gutiérrez Montes le dispararon el 13 de abril de 2021. Eran las dos de la tarde y el clima de Caucasia, un pueblo ribereño en el Bajo Cauca antioqueño, era igual al de cualquier otro miércoles de abril a esa hora: húmedo y caluroso. Ese día, Luis Octavio, odontólogo de 45 años y especialista en Gerencia de Calidad y Auditoría en Salud, caminaba después del almuerzo hacia el sur de Caucasia. Se dirigía al Hospital César Uribe Piedrahita (HCUP), entidad de la que desde hacía once meses era gerente. Fue al cruzar la calle 18 con carrera 11, mientras atravesaba el barrio Centenario, cuando dos hombres en moto le dispararon a la cabeza y luego huyeron.
Una vendedora de jugos del parque Las Ceibas escuchó los disparos y luego vio a Luis Octavio tirado en el suelo. Ella conocía a la familia Gutiérrez Montes y corrió a su casa gritándoles que le habían disparado. Nidia, la hermana del odontólogo, llegó a la escena junto a Wilfrido, su esposo, y Yeidy, su hija. Sin entender aún lo que había ocurrido, lo encontraron resistiéndose a morir y rodeado de gente que trataba de recogerlo.
Por el lugar pasaba una enfermera de la Clínica El Pajonal. Regresaba a su trabajo, que quedaba a seis cuadras de ahí, después de almorzar. La mujer ayudó a los Gutiérrez Montes a subir a Luis Octavio a la camioneta de alguien que también pasaba por allí. Apoyaron la cabeza sangrante sobre las piernas de Nidia Gutiérrez. Mientras la enfermera le aplicaba los primeros auxilios, llamó a la clínica para que se prepararan para la emergencia.
En El Pajonal los esperaba la doctora de turno, Natalia Martínez, novia de Luis Octavio. Junto a los demás médicos, Martínez identificó que no había orificios de salida en el cráneo. El cerebro estaba expuesto en la región occipital izquierda, la nariz, comprometida y las extremidades, pálidas. Pero había pulso. Pasó menos de una hora para que se dieran cuenta de que el caso excedía las capacidades de la clínica y para que enviaran en ambulancia a Luis Octavio a la clínica IMAT Oncomédica de Montería, a dos horas de allí.
Mientras tanto, en Medellín, el padre de Luis Octavio estaba conectado a un respirador, internado por covid-19, en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de la Clínica Victoriana. El día anterior, Luis Octavio había viajado por aire desde Caucasia a Medellín, cosa que él rara vez hacía. Viajó para asegurarse de que su padre estuviera en las mejores manos y de que su hermano Óscar, quien también había contraído el virus, estuviera bien. Cuando Nidia Montes, su madre, relata estos hechos dice que siente que el destino arregló todo para que su esposo pudiera despedirse de su hijo viéndolo ser lo que era: un cuidador.
Los médicos de la Victoriana le advirtieron a doña Nidia que, para preservar la vida de su esposo, él no debía saber nada de lo que había ocurrido en Caucasia hasta que se recuperara.
Luis Octavio soportó doce horas de agonía hasta que, en la madrugada del 14 de abril, los médicos dijeron que ni sus esfuerzos ni las plegarias de su madre habían sido suficientes: Luis Octavio Gutiérrez Montes había muerto.
En la mañana de ese 14 de abril, la noticia del asesinato corrió veloz por todas las calles de Caucasia. Ese mismo día, ciudadanos y trabajadores del HCUP hicieron un plantón frente al hospital en apoyo a la familia Gutiérrez Montes para exigir justicia. Los caucasianos y los trabajadores del hospital estaban indignados con el crimen.
Durante su corta gerencia, Luis Octavio denunció irregularidades en la contratación de la entidad, cometidas durante la administración anterior, a cargo de Orlando José Rodríguez, quien junto a sus hermanos Óscar Luis y Gloria Virginia conforman el llamado clan Rodríguez de Caucasia, una familia que controló durante ocho años el hospital y que tiene cercanía con el senador Germán Darío Hoyos del Partido De la U. El clan fue influyente con el exalcalde encargado de Caucasia, Félix Olmedo Arango, anterior subdirector científico y financiero del HCUP.
Desde ese 14 de abril, hasta incluso dos meses después, no solo se lloró la muerte de Luis Octavio. En otro plantón frente al hospital, el 16 de junio de 2021, entre varios pasacalles era visible uno que decía “Rechazamos cualquier vínculo de la E.S.E. HCUP con el clan Rodríguez y Germán Hoyos”.
El gerente
Su hermano Óscar afirma que desde que Luis Octavio llegó a la gerencia del hospital cientos de ciudadanos y trabajadores de la salud se sentían cuidados por él. Ellos veían a una persona honesta, ética y fácilmente disponible para los empleados, con quien era fácil concertar citas. Lo recuerdan por sus saludos amables a todo el personal del hospital. Su familia se refiere a su trabajo como “una gerencia de puertas abiertas”.
Antes de llegar al hospital de Caucasia en 2020, Luis Octavio había sido gerente del Hospital San Juan de Dios de Ituango entre 2016 y 2019. El odontólogo, que llevaba trabajando 20 años en ese hospital, renunció a la gerencia para aspirar a la Alcaldía del municipio en 2019, pero perdió los comicios.
—Ahora voy a ocupar la gerencia del hospital de Caucasia y regreso a trabajar por mi tierra —le dijo a su amigo Jaime Castro, cuando el gobernador (e) de Antioquia, Luis Fernando Suárez, lo escogió para la gerencia—. No hay mal que por bien no venga —concluyó.
Óscar, quien siguió los pasos de su hermano mayor en la odontología, recuerda que Luis Octavio nunca tuvo mayor interés en padrinos políticos a la hora de escoger un profesional para un cargo en el hospital. Tanto así que, según la familia Gutiérrez Montes, el gobernador encargado les habría dicho que a Luis Octavio lo escogieron para la gerencia por ser “el candidato menos político”.
—Haga lo suyo, cambie lo que tenga que cambiar —le decía su padre a Luis Octavio—. Eso sí, cuidado con quien está a su alrededor.
Una vez posesionado, en diciembre de 2020 Luis Octavio contrató una auditoría interna para evaluar la contratación que había hecho el hospital ese año durante la gerencia de Orlando José Rodríguez Álvarez y, particularmente, la contratación con el sindicato Sintrasant.
La auditoría reveló que el hospital no hacía pública su contratación, tal como está obligado a hacerlo por ley, y que las interventorías no verificaron la ejecución real de los contratos con los sindicatos. Incluso, en algunos casos, no se encontraron informes de actividades mensuales de los contratistas ni planillas de horas trabajadas.
Cuando fue gerente en Ituango, Luis Octavio nunca subcontrató al personal de la entidad a través de sindicatos. Luego, cuando asumió la gerencia en el hospital público de Caucasia, decidió dejar de contratar con el Sindicato de Profesionales y Trabajadores Independientes de la Salud de Antioquia, Sintrasant, que desde 2013 tercerizaba servicios tan diversos como atención al usuario, nutrición, ingreso de pacientes, transporte de pacientes, gestión y recuperación de la cartera, sistemas de información, lavandería, archivo y el seguimiento a procesos jurídicos. Durante los ocho años que Sintrasant operó en el HCUP, le fueron adjudicados siete de cada diez contratos con sindicatos. En su lugar, Gutiérrez Montes, siendo gerente del hospital, contrató con el sindicato Sindisalud en 2021.
Durante la administración de Orlando José Rodríguez, el hospital suscribió 565 contratos con el sindicato que superaron los $99 mil millones de pesos. Aun así, cuando Luis Octavio cortó la contratación, Sintrasant les debía a los profesionales de la salud sindicalizados el pago de cinco meses de salarios, bonificaciones y liquidaciones.
De Sintrasant se sabe que se constituyó cuatro meses después de que el odontólogo Orlando José Rodríguez Álvarez asumiera la gerencia del HCUP, en junio de 2012. En sus actas de constitución presuntamente hubo firmas que no coincidían, según denunciaron el periodista Sergio Mesa y el columnista Yohir Akerman. El sindicato, a pesar de reunir trabajadores de Antioquia, se constituyó en Sucre y hasta hoy la única entidad pública con la que ha contratado es el Hospital César Uribe Piedrahita de Caucasia.
El asesinato de Luis Octavio Gutiérrez agudizó la crisis del hospital de Caucasia en 2021 y obligó a la Superintendencia de Salud a realizar una nueva auditoría y ordenar una medida de vigilancia especial para el hospital, tras evidenciar fallas administrativas, financieras y asistenciales en la entidad.
La auditoría de la Supersalud señaló que la contratación de los sindicatos entre 2019 y 2021 no había sido autorizada por la asamblea general de afiliados del sindicato y que hubo casos en los que personal que por ley debía ser de planta se subcontrató a través del sindicato.
El silencio de la justicia
A mediados de agosto de 2021, desde Caucasia, la madre de Luis Octavio intervino en una sesión descentralizada de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, en presencia del Ministerio de Justicia, y exigió justicia para su hijo. Hasta ahora nada ha pasado, después de un año el caso no ha avanzado y sigue en proceso de investigación por parte de la Fiscalía, con acompañamiento del Ministerio de Justicia.
“Paquidérmica” es la palabra que utilizan los Gutiérrez Montes para describir la investigación por el asesinato de Luis Octavio. El caso cursa en la Fiscalía 165 especializada del Bajo Cauca.
La última actualización que la familia recibió tras el asesinato fue el 12 de agosto de 2021, en respuesta a un derecho de petición en el que el ente investigador aseguró que “actualmente nos encontramos a la espera del Informe Ejecutivo de Policía Judicial y los resultados del análisis que este arroje, ya que por la cantidad de información extraída se hace un poco dispendios (sic) la descarga de la misma”. Por el momento no ha habido capturas ni audiencias, no se ha identificado a los presuntos asesinos y no hay información de elementos probatorios. Tras dos derechos de petición solicitando un abogado, la familia está a la espera de que la Fiscalía eventualmente se los asigne.
—Pero, ¿qué hacía su hijo en la calle a esas horas?— Aunque el crimen fue a las dos de la tarde, esto fue lo que le dijo, una semana después del asesinato de Luis Octavio, uno de cuatro agentes de Policía a Nidia cuando ella les preguntó por qué estaban fotografiando su casa y las placas de los carros aparcados ahí. No fue sino hasta que interpusieron un derecho de petición que la familia Gutiérrez Montes dejó de ser seguida por policías hasta la puerta de su casa.
Sin Luis Octavio, la familia Gutiérrez Montes siente algo similar a la orfandad, pues les arrebataron a su cuidador. Luis Octavio era desde niño un apasionado del balón, tanto que a los 17 años se fue a Cali para jugar fútbol profesionalmente, pero tras ser testigo de la violencia de los 90 en esa ciudad, pensó en los suyos y rápidamente renunció.
—Prefiero que digan aquí corrió y no aquí cayó —eran sus palabras a su amigo Jaime Castro cuando le decía que había perdido una oportunidad.
La familia de Luis Octavio y los habitantes de Caucasia exigen que el crimen no quede en la impunidad. Los agobia la rabia y la decepción porque el asesinato sigue sin resolverse. Mientras tanto, el mecanismo de contratación y tercerización del personal de salud para exprimir los dineros públicos de la salud a través de la tercerización con sindicatos y asociaciones parece imparable y se ha expandido a otros cuatro municipios del Bajo Cauca Antioqueño.
Luis Octavio era desde niño un apasionado del balón, tanto que a los 17 años se fue a Cali para jugar fútbol profesionalmente, pero tras ser testigo de la violencia de los 90 en esa ciudad, pensó en los suyos y rápidamente renunció.
Esta no es la única muerte que ronda al hospital de Caucasia. En 2019, el anestesiólogo Óscar Pastrana, quien trabajó en el hospital en 2017 y denunció irregularidades, apareció muerto en el baño de la Clínica Los Nogales en Bogotá. Lee su historia aquí.
La madre de Luis Octavio Gutiérrez quiso entregarle esta carta al presidente Iván Duque, el 12 de enero de 2022, cuando el mandatario visitó Caucasia. El esquema de seguridad de Duque impidió que Nidia se acercara a él, pero uno de sus escoltas recibió el escrito.
Lee “Políticos y sindicatos antioqueños desangran a los hospitales del Bajo Cauca” y «La extraña muerte del anestesiólogo que denunció la corrupción en Caucasia«.
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