La tenacidad de una historiadora que se resiste al silencio
#SinMordaza
No resulta fácil ser una voz crítica en Pereira. Y la historiadora y exconcejal del Partido Verde Carolina Giraldo, lo es. Pide que esta entrevista se haga con la cámara del celular prendida. Quizás para romper con la monotonía del confinamiento y desfogar la zozobra que sobrelleva tras haber recibido, en días recientes, cinco amenazas de muerte repartidas en su finca y en el domicilio de distintos familiares.
Fueron cinco sobres con cinco panfletos escritos con expresiones mexicanas: “Digale a su pinche perra que El que esta quieto se deja quieto. No nos andamos con mamadas hijos de la chingada (sic)”. Las dos primeras intimidaciones fueron enviadas a su finca, donde días más tarde un misterioso carro fue visto con inusual frecuencia en los alrededores.
Los panfletos coinciden con un momento en que la excandidata a la Alcaldía de Pereira en 2019 trabaja en dos frentes. Por una parte, las denuncias contra construcciones ilegales que han afectado una microcuenca con guaduales en Los Alpes, una lujosa zona de la ciudad. Y por otra, la veeduría que ejerce sobre decisiones urbanas del alcalde de Pereira, el liberal Carlos Maya, empeñado en vender bienes del municipio sin planeación ni transparencia administrativa.
“Sobre ese tema ha habido un completo silencio”, confiesa la exconcejal de 43 años.
Una investigación del medio aliado La Cola de Rata ahonda en la historia de los lotes intervenidos ilegalmente y denunciados por el colectivo ciudadano Ágora Cívica, del que participa Carolina Giraldo.
Uno de los grandes nudos en la Pereira de hoy se centra en la violación continua de las reglas en los usos del suelo. Todo lo que se debata para ser incluido en los planes de ordenamiento territorial (POTs) es objeto de fricciones.
La exconcejal se limita a recordar el caso de un edificio construido sin licencia, saltándose las normas de seguridad aérea, junto al aeropuerto internacional Matecaña. La obra fue suspendida por la Alcaldía varias veces. De haberse continuado con los trabajos, los aviones no habrían podido aterrizar en la terminal más importante del eje cafetero. Hoy el inmueble sigue en el mismo sitio, a la espera de ser demolido.
La Liga: ¿Cómo se entera de las amenazas?
Carolina Giraldo (CG): El 24 de junio como a las cinco y media de la tarde yo estaba en un conversatorio virtual. Y nos enteramos a través de unas fotos de los panfletos que me enviaron desde la finca, a donde llegaron los dos primeros. En ese mismo momento estábamos discutiendo en un chat de Ágora Cívica los últimos ajustes a un comunicado con la denuncia sobre una intervención irregular en la zona de protección ambiental de la quebrada La Arenosa.
La Liga: ¿Cómo ha sido la respuesta de las autoridades tras sus denuncias?
C.G: Ahora estoy esperando a que me manden al analista de riesgo. La parte formal y burocrática de papeles está hecha. Todo el montón de trámites de la Defensoría, la Procuraduría, la Fiscalía, la Policía, está hecho. Esa larga relación con la institucionalidad está cumplida y ahora la pelota está en Bogotá en este momento para ver qué pasos hay que seguir.
La Liga: ¿Tiene alguna idea de dónde surgen las amenazas?
C.G: Hay hipótesis. Hay una hipótesis que llaman del “cansancio acumulado”. Que básicamente es que se ‘mamaron’ de mí y de mis denuncias. Esta fue como la gota que rebosó todo. Y sí coincide con los tiempos. Las amenazas llegaron un miércoles y el fin de semana después un carro muy sospechoso se empezó a parquear por ratos enfrente de la finca. Claramente hay una georreferenciación.
La Liga: ¿Ha pensado en abandonar sus investigaciones y su trabajo como activista?
C.G: La idea es retomar en cuanto tenga garantías de protección. Pereira es una ciudad donde todos los días están saliendo noticias relacionadas con el sicariato. Pero yo quiero seguir.
La Liga: ¿Qué nos puede contar de la investigación en la que estaba trabajando?
Carolina Giraldo (CG): Siendo concejal recibí por lo menos tres denuncias de una construcción irregular cerca de la quebrada La Arenosa, que es una zona de protección, y donde había unos guaduales que no se pueden tocar. En ese entonces acudimos a la autoridad ambiental y como no pasaba nada no me metí con intensidad en el tema. Ahora con la pandemia, cuando reactivaron la construcción, empezaron de nuevo a construir en ese lugar y la gente empezó a poner denuncias a través de redes sociales porque hubo de nuevo afectación de los guaduales. Y ahí fue cuando desde el colectivo ciudadano Ágora Cívica nos metimos de lleno con ese tema.
La Liga: ¿Qué encontraron?
CG: Encontramos que allí se habían licenciado tres casas de máximo dos pisos y había una edificación de cinco pisos para arriba. Y seguían construyendo. Afortunadamente ya hicieron la suspensión de la obra después de tres años de trabajo y de estas amenazas.
La Liga: ¿Cuál es el problema de fondo?
CG: Esto es solo una muestra más de que tenemos una carencia enorme de control urbanístico. En Pereira se saca una licencia para una cosa y se construye otra. Es un tema de una ciudad acostumbrada al rebusque y a una idea de que el progreso está vinculado a la renovación en la construcción. Es una ciudad donde no tenemos arraigados temas como la memoria, el patrimonio o la conservación. Antes se decía que esta tierra era un matorral, y entonces que había que construir porque matorral hay para rato. Eso no es así. Tenemos que cuidar el verde.
La Liga: Usted ya había hecho denuncias del mismo tipo pero no había tenido nunca amenazas.
CG: Cuando hacemos una investigación no tenemos interés alguno de señalar a una persona. Buscamos señalar un hecho, un hecho que de pronto le está haciendo daño a la ciudad, donde de pronto hay una irregularidad. Aún no entendemos que esto no se trata de decir que hay unos buenos y unos malos, sino más bien de romper con la cultura del todo vale. Porque finalmente acá los perjudicados somos los pereiranos que nos quedamos sin zonas arboladas, sin espacio público, sin un mejor aire. Lo triste es que para eso hemos terminado tocando callos que forman parte de esa misma sociedad.
La Liga: ¿Qué papel ha jugado la Alcaldía desde las políticas públicas?
C.G: (Lo piensa unos segundos). Bueno… Ese es un tema en el que ha habido un gran silencio. Saltarse las normas del Plan de Ordenamiento Territorial se ha convertido en un tema de la cotidianidad de Pereira, no lo es en cambio que el Alcalde haya pedido facultades al Concejo para liquidar, fusionar y vender unos lotes del municipio sin haber hecho un solo estudio previo. La mayoría del Concejo le aprobó esas facultades sin saber para qué las iba a usar. Después salió (el Alcalde) a decir que las iba a usar para vender unos lotes por 50 mil millones de pesos y que iba a hacer una reestructuración del municipio. Que iba a liquidar el Instituto de Tránsito, que iba a reestructurar Megabus (sistema de transporte), que iba a acabar la empresa de aseo e iba a vender el Diagnosticentro (empresa de revisión tecnomecánica). Cuando llegaron las amenazas estábamos conformando la veeduría ciudadana para hacerle seguimiento y ya habíamos recibido respuesta a unos derechos de petición, donde queda claro que no hubo estudios previos para liquidar ni reestructurar esas entidades. A día de hoy tampoco sabemos cuáles son los lotes que van a vender y que son propiedad de Pereira, ni cuánto valen. ¿Cómo es posible que el Alcalde haga anuncios sin estudios ni cifras reales? 50 mil millones es plata para una ciudad como Pereira.
La Liga: Parece que la acción ciudadana resulta más eficaz que la intervención de las entidades encargadas de administrar los temas urbanos o de sostenibilidad.
CG: Nosotros dentro del paisaje cultural cafetero deberíamos dar ejemplo. Pero para darte un ejemplo: yo he denunciado que en la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) ha habido un cartel ligado al otorgamiento de licencias y permisos que luego utilizan para construcción. El año pasado en prensa salieron noticias de un cartel de la construcción y hay indicios serios de lavado de activos en el sector, pero el fondo del tema es que hay una cultura de la ilegalidad que está permeando una parte de la ciudad, tampoco quiero generalizar. Esto tiene que ver con una visión de desarrollo.
La Liga: ¿Esa cartelización está ligada a sectores políticos de la ciudad?
CG: Sectores políticos, sectores económicos, sectores empresariales, que han ganado suficiente fuerza dentro de la entidad ambiental para otorgar permisos que benefician a su acomodo a unos pocos privados.
La Liga: ¿A qué partidos políticos se refiere?
CG: Todo el mundo sabe de quién son las camionetas que se la pasan parqueadas en campaña al lado de la CARDER.
La Liga: ¿No se anima a dar nombres?
C.G: En este momento no.
La Liga: ¿Qué va a ser de la suerte del batallón San Mateo, lamentablemente en el foco de noticias recientes, y que también ha sido objeto de protestas ciudadanas y debates políticos bastante agitados?
C.G: El tema del San Mateo es sin duda parecido a todo lo que hemos venido hablando. La ciudadanía defendió en su momento la opción de que se convirtiera en un pulmón de la ciudad y no en una mole de cemento para vivienda, fque era lo que otras administraciones querían hacer. Eso lo logramos parar. ¿En qué va? En que ahora se está discutiendo la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial. Eso es importantísimo. Ahí el Alcalde ha dicho que va a cambiar el uso del suelo para que quede solo para parque.
La Liga: Otra zona ambiental amenazada por los proyectos de vecinos es la del corregimiento La Florida, donde hay propietarios con mucho poder interesados en construir como Juan Carlos Gaviria, hermano del expresidente, o la familia Zapata de la esposa de Germán Vargas Lleras…
CG: En La Florida hay una noticia nueva y es que el Alcalde anunció que va a hacer una planta de tratamiento de agua. Eso, por un lado, es necesario. Lo que me llamó la atención es que el Alcalde en su anuncio dice que va a promover no solo el desarrollo turístico de La Florida, si no que habló de desarrollo industrial y urbanístico. Esa última parte está descartada a día de hoy por la norma, no se puede hacer, pero hay que ver si con la historia de la planta de tratamiento se le abre un espacio a los constructores. Ese es un ecosistema muy frágil porque es de amortiguamiento del páramo. Entonces, ahí lo importante es tener en cuenta que si bien la planta sí se necesita, el uso del suelo también debe seguir siendo el que establece el POT vigente. Es decir, para cosas rurales o temas ecoturísticos sin alojamiento. Si eso se conserva así, sería muy bueno…
La Liga: Para concluir: tras las amenazas del pasado 24 de junio, y a pesar de todo lo que nos cuenta, ha habido una movilización de rechazo grande en una ciudad bastante dividida en los últimos años.
CG: Sí. Gente que muchas veces no está en la misma orilla en las discusiones de ciudad se ha manifestado. Creo que esto ha unido porque hace mucho tiempo en Pereira no había claramente amenazas que tuvieran que ver con asuntos públicos. Es un mensaje de: ¡Esto en Pereira no lo manejamos así! Podemos tener diferencias, pero las diferencias las tramitamos desde lo pacífico. Si es necesario desde lo jurídico, desde los estrados, pero no con la violencia.
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